Antes de contar la historia del día, voy a retomar el hilo de la novela que he venido escribiendo estos últimos días. Mariona Mariona Mariona, cada vez estas en mi cabeza menos, lo que es un alivio porque ya me iba a volver loco. Después de escuchar mi corazón, entender que la amaba y pensar en el plan creativo para hacerle llegar mi cariño al otro lado del mundo, me relaje tanto que ya no la pienso casi. A veces la pienso, pero tengo un bonito recuerdo de ella. También ayudo que quite la foto de la lado de mi cama porque cada vez que la veía quedaba pensando en ella por lo menos 10 minutos, era como una droga esa foto.
En fin, hoy fue un día de bajas energías y de mucha quietud y contemplación, me sentí jubilado.
Dormí dos siestas, leí, y estuve con mi hermano los dos solos en la casa de mi abuela. Un clima delicioso y una ducha fría fue lo mejor de la tarde, el café me quedo feo hoy pero paso algo inesperado.
La relación con mi hermano empezó a mejorar de un momento a otro. Empezó a mejorar cuando decidimos poner los celulares a un lado y hacer algo creativo, entonces nos vinimos para la casa y nos inventamos el laboratorio de la creatividad. Nos reímos con un poco de bobadas y la pasamos bien desordenando la casa e inventándonos bobadas
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